Dicen, cuentan,
aseguran que Dios no nos envía nada que no podamos soportar. Tan es así la
cosa, que si algún día sentimos un dolor tan fuerte y tan fuerte que nuestro
cuerpo no lo soporte, la madre naturaleza nos hace desmayarnos. De esta forma
nos protege del dolor (físico o del alma). Entonces, ¿estoy desmayada yo? ¡No!
Si aun estoy aquí, si aun estoy de pie, es porque puedo soportarlo, es porque puedo
seguir viviendo.
Sencilleces de la
vida, nada más.
Vilmary Negrón
11-sep-2012
No comments:
Post a Comment