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Wednesday, May 16, 2012

Bounty, para limpiar el alma


   
    Existe el Bounty, para limpiar el alma

Mi abuelita me enseñó que siempre llevara servilletas en la cartera para “alguna emergencia”. Esa es mi costumbre y de generación en generación así le enseñé a mi hija. Por si se te vira el vaso de agua, por si se te riega el maquillaje, por si en el baño no hay papel, por si se te ensucia un taco porque se enterró en la tierra justo antes de entrar al baile, por si estornudas, por si en la pizzería te dan pocas servilletas (que sucede). Por si en el beauty te cae una gota de tinte en la cara, por si quieres limpiar una silla antes de sentarte, por si quieres limpiar la mesa, por si te quieres tapar el blower (digo! el pelo) bajo una llovizna de las que no mojan pero dañan el blower. Por si alguien a tu lado necesita una servilleta. Por tantas cosas, cien, mil, millones. WOW, me siento como si le estuviera haciendo una buena campaña publicitaria para el producto.

Es por todas esas “posibilidades” que siempre tengo mis bounty en la cartera. Claro está, en una carterita especial para ellas, no todas regadas. Con mucha clase….


Lo que mi abuelita no me dijo es que también las podía usar para limpiar el alma. Y aquí entra mi parte locura 101. Sí persona que lees esto, las servilletas bounty limpian el alma. Y te preguntarás, ¿con qué cuento viene esta loquita de este blog? ¿o peor aún, será que trabaja en la compañía que hace las bounty y le está haciendo promoción?

Pues no; no estoy loca, no trabajo en Bounty pero sí las uso para limpiar mi alma. Entonces por qué digo que el Bounty y no otra marca? Dos razones: la primera porque en mi casa siempre se compró Bounty y la segunda porque los klennex se rompen y se te quedan las bolitas de papel en la cara. ¿Qué, en dónde? En la cara, en la cara, en esa cara por donde bajan las lágrimas. 


Porque se puede llorar por muchas cosas.
  • De alegría, las risueñas lágrimas.
  • De dolor, las cabronas lágrimas.
  • Las del nacimiento de un hijo, las recién nacidas lágrimas.
  • Las de los logros alcanzados durante la vida: las lagrimas logradas.
  • Las de las metas no alcanzadas: lagrimas frustrantes (estas se secan más rápido)


Tantas, tantas y tantas lágrimas. Todas son del alma. Porque es que cuando el alma siente esas emociones tan fuertes de amor, risa, dolor, nacimiento, muerte, logros, frustraciones, que  te envía las lágrimas para que las saques. De esta forma tu alma se limpia y si sucede que alguien que te quiere esta a tu lado en ese momento las compartirá contigo y limpiarlas será más fácil. Y una vez las lágrimas están fuera de ti ya no te hacen daño, ya se fueron con el bounty o se evaporaron. Ya te has liberado.

Viste, como tenía razón. Aunque confieso que me pasa que la carterita fashion ya no es suficiente para todas las que estoy necesitando en estos días recientes. Ando con medio rollo de Bounty en la cartera para cuando me llega la “chiripiorca”. ¡Sí, medio rollo! Pero cuando me llega, saco una de mis bounty, que aunque son equivalente al medio rollo van dobladitas correctamente, limpio mis lagrimas, vuelvo a sonreír y sigo adelante; lloro, limpio, sonrío y sigo adelante; lloro, limpio, sonrío y sigo adelante……. Parece un ciclo, puede parecer un ciclo perjudicial. Pero para mí no es perjudicial pues cada vez que limpio, el medio rollo se va acabando y mi alma limpiando. Se puede llorar, todas las veces que se quiera, pero no es para siempre. Es para limpiar el alma de las lágrimas del dolor y las del mal. De ahí en adelante solo quedarán las lagrimas de la felicidad.

Una alma limpia, así será la mía muy pronto.........(yo, Vilmary)

Nota al calce: Ahora, no se crean que el ciclo se hace en cualquier lugar. Hay sitios y hay sitios y sitios para llorar. En los sitios públicos no es recomendable. Saben mi gente, siempre hay que mantener un “caché”. JAJAJA

Tuesday, May 15, 2012


Puentes Rotos


Si te dijeran, tienes que cruzar alguno de estos puentes, ¿qué pensarías?  Al ver este primero, pensaríamos: ¡qué-qué! Ni la madre mía. Conmigo no cuentes. Eso es muy difícil y arriesgado.  


                                        

El cruzar puentes es el dilema de la vida. Pero hay que hacerlo.


Este, de primera impresión, parece que usando primero el borde, llegamos a la parte segura del puente. Pero, quien te lo garantiza. ¿Quien te asegura que esas tablas están fijas y serán seguras? Sólo aquel que ya lo haya cruzado te podría contestar esas preguntas. Pero ¿que pasa? No hay nadie por ahí que te diga cuales son las buenas y cuales son las malas. Esas decisiones las tendrás que tomar tu mismo y arriesgarte. Y pregunto: por casualidad te diste cuenta de que al final el puente entra en el agua. Que tarea ah! ¿Te atreves a cruzar?



Aquí hay otro, roto pero parece completo y “cruzable”. El otro lado se ve verde y parece un sitio mejor. Pero no podemos ver si al final ese puente conecta con el bonito verdor. ¿Te tiras?

¿Escogiste alguno? ¿Te atreves? Sí o no, tal vez, no sabes, estas mejor acá en el otro lado. Muchas contestaciones, muchas inseguridades. Pero sabes qué; ya estas montando en un puente, en el puente de la vida. ¿Cuál es el puente en el que estas montado, uno completamente seguro, el más bonito, el que tiene obstáculos pero fáciles? Sólo tú lo sabes.

La vida es un caminar por tierra, mar y puentes. A veces ese caminar es tranquilo, bonito y feliz; pero de momento te podrías encontrar con que para pasar al otro lado no tienes mas remedio que escoger uno de estos puentes rotos. 

Si te cambio la pregunta a: ¿En cuál puente está tu vida en estos momentos? ¿Qué me dirías? El menos malo, el más roto, que no estás en ninguno y no vas a cruzar ninguno. Pues yo te digo, si no quieres pasar ninguno, ni el más difícil, ni el más fácil, haz decidido quedarte donde estás. ¿Eres feliz ahí? Pues no hay necesidad que te vayas. Quédate.

Sólo que cuando no se es feliz en donde estas, tienes que cruzar algún puente. A veces para llegar a un sitio mejor y quedarte allá por un tiempo en lo que la vida te presenta otro puente (mejor o peor). A veces lo crúzamos para ver lo que hay al otro lado y quizás regresar donde estábamos.

Yo, ahora, estoy en un puente. No importa en cual puente estoy, solo sé que es uno de los menos fáciles, sino es que es el más difícil que me haya tocado en este preciso momento. Lo estoy cruzando, con temblor, con temor a no lograrlo, con la posibilidad de caer, pero también y sobre todo con la ESPERANZA y FORTALEZA que me dan la gente de bien que me rodea. Porque también en ese puente están conmigo, mi esposo, mi hija, mi hijo, mi familia, mis amigos y mi Dios. 

Saturday, May 12, 2012



12-mayo-2012
A sólo un día para el Día de las Madres; es más a sólo horas.
25 años después de tu partida y aquí estoy…….

Mamiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii, donde estás? Necesito que me abraces y ahora!!! Me hace falta tu fortaleza para que no me pueda dañar y tú lo sabes. Tengo una perreta y estoy llorando y quiero que estés aquí! Mami, tu tendrías tanto o más coraje del que yo tengo ahora. Porque tú y yo sabíamos sufrir juntas; y dentro del sufrimiento también sabíamos reír.  

¿Por qué me hace falta tu fortaleza para que no me pueda dañar? Simplemente porque he sido exitosa y porque estoy rodeada de amor y no puedo renunciar a esas cosas como tú me enseñaste.
He aquí la historia que tú ya sabes; como toda madre sabe, aunque estas lejos, en otro sitio, con Dios.
Recuerdas cuando me dijiste, “tú eres grande, te sabes cuidar verdad?”; yo te conteste: “si mami, yo soy grande y me se cuidar como tú me enseñaste, no te preocupes”. Pues hoy te cuento que me he cuidado hermosa y maravillosamente. Terminé mi Maestría en Química (nuestro sueño); y con buenas notas también (Bachillerato Magna Cum Laude y Maestría Cum Laude; o sea alto honor  y después honor). Todo como tú lo deseabas, como yo lo trabajé y como ambas queríamos. La familia, Buby y Dios me ayudaron en eso. También como tú querías, que la familia estuviera ahí conmigo, que estuviera en tu lugar para mí. Hoy te digo que lo hicieron y siguen haciéndolo.

También soy Madre; de Veronica y Diego Armando.  ¿Viste que nombres tan bonitos les puse? No podía hacer menos, hice como tú; a un gran hijo(a) un gran nombre. JA!

Mi hija Verónica es como tu copia. Se llama así porque quise honrar el día que hiciste el papel de La Verónica en el viacrucis de cuaresma en el pueblo. En tu representación “enjugaste el rostro de Jesus”, de la misma forma que enjugaste el mío cuando iba donde ti llorando y me abrazabas y me decías todo pasa y me explicabas como todo pasa y me hacías reír otra vez.

Mi hijo Diego Armando, dicen que es un clon de papi. Ese nombre lo escogió Buby porque le gustaba y a mí me pareció fabuloso, grande e impactante como hubiésemos querido que fuera un nieto tuyo. Tiene tus travesuras; o sea, que en ese chico también tú estás.

Tengo un matrimonio basado en el amor y la amistad. Voy con mi esposo a todos lados como tú me recomendaste. Recuerdas? Me dijiste: “si tu esposo te invita para aquí o para allá, suelta los trastes y vete con él. Si cuando regreses tienes que botar parte de las cosas de la casa, las botas y vas y compras nuevas. El marido no se consigue en la tienda.” Yo se que hablabas de la relación, de que hay que fortalecerla y mantenerla. ¡Mira que ese consejo me lo aprendí tan bien y los resultados los vivo cada día!

También he sido exitosa profesionalmente. Los años en la universidad, junto con tus consejos, las experiencias vividas y las que dejé pasar me han hecho lo que soy hoy.

El mundo ha seguido dando vueltas desde tu partida. No se detuvo y yo tampoco lo hice. Lo que soy hoy es el resultado de tu AMOR, de tus ENSEÑANZAS, de la VIDA VIVIDA como me ensañaste. Pero mami, este mundo también ha cambiado. Hay más maldad. A veces pienso que no, que la maldad es la misma sólo que antes tú la tapabas ante mí. Pero sea o no sea la misma maldad, sea porque ahora “soy grande” y la veo o la siento; no me hace daño. Aunque a veces, mami, pienso que me vence no lo logra. ¿Sabes por qué? Porque vivo mi vida “como tú me enseñaste”; y rodeada del AMOR de tu yerno, de tus nietos, de nuestra familia y de la familia y amigos que me he ganando desde que te fuiste; simplemente porque he sido buena e integra y caminando con la verdad al frente como tú. Y sobre todo, porque tengo a Dios y junto a Él te tengo a ti como mi  Madre en el Cielo.

Son 25 años sin tu presencia física, los mismos que has vivido en mi corazón. Te sigo amando como siempre,
Tu hija Vilmary

Aquí en casa, a veces sintiéndome en el suelo, cuando en realidad sigo en la Tierra que no es lo mismo y tú me entiendes.