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Sunday, October 7, 2012

Un día en el mar, con amigas y delfines……





Un día cualquiera recibo la invitación de una amiga, quien es mi hermana menor por elección, para que pasáramos un sábado juntas en el mar con dos amigas más. Actividad que acepté de inmediato. Fue como un sí automático sin necesidad de pensar, ni evaluar.

Y empezaron los planes.

Planes de cómo íbamos a llegar, la hora de encuentro, si nos quedábamos a dormir o no, y sobre todo de qué íbamos a hablar. Sí, nuestros temas de conversación eran lo más importante. ¿Por qué? Porque hacía años que no estábamos las cuatro juntas. Porque vivimos juntas en un hospedaje en Río Piedras en los años universitarios, porque en esos días todas dependíamos una de cada otra, desde a qué hora nos levantábamos hasta qué íbamos a comer; porque después de esos años de vivir juntas, cada una siguió su camino e hizo su vida. Nos habíamos comunicado y habíamos compartido en ocasiones pero no las cuatro juntas. ¡Y llegó el día!

Y comenzó con que tres de nosotras bajamos en el mismo carro.




Con dos choferes (pobrecitos) que se miraban y se hablaban con gestos, pues la conversación era tan intensa (tres mujeres hablando a la vez) que ellos solo podían usar sus gestos para comunicarse. Que si el carro de Lumary, que si el día que se metieron en contra del tránsito en la autopista, que si Rosimar aprendió a adobar carnes cuando Miriam se lo explicó mientras la señalaba con un cuchillo que tenía en la  mano, que si Vilmary y Miriam siempre cocinábamos pollo con pimientos y cebolla, que Neyda cocinaba (digo) calentaba lo que le daban en la casa, del día que nos vestimos “sexy” (como “put..”) y modelamos en el hospedaje, que en ese tiempo no había celular, pero si habían beepers y Lumary tenía uno, que si el ratón que salió del inodoro!!!!


Y llegamos al sitio de encuentro, Salinas, Puerto Rico. Saludos, besos, abrazos y llegó la quinta amiga: Miriam, la que siempre trataba de poner la cordura (si claro, otra despistada más).



Y entonces salimos al  mar y nos fuimos a navegar. Claro con piloto que sabe de eso, porque antes Lumary o yo éramos las que guiábamos pero obvio que ninguna iba a navegar, porque la idea era disfrutar del mar, no perdernos en el mismo. Y navegando, navegando avistamos los delfines. DELFINES!!!!  Uno, dos, tres, cuatro! Juntos y celebrando. Era como si ellos se hubiesen alegrado que estas amigas loquitas estuvieran juntas y celebrando la vida. Sí, los delfines se acercaron a nosotras y nos dieron un show de “baile’ y unidad. Y los vimos casi a nuestro lado, casi los pudimos tocar. Ese “show” fue para honrar nuestra amistad. Esa que nació en la escuela, se desarrollo en un hospedaje y que a pesar de que han pasado 20 años aun sigue tan viva y tan latente y tan sincera y tan real como siempre.

Y la vida se trata de eso, de delfines que celebran que la amistad sincera y desinteresada es lo que te da una mejor vida. Esa amiga que no está contigo todos los días, que quizás ni se entere de alguno de tus problemas o alegrías, pero que cuando la vuelves a ver con una conversación rápida la pones al día de todo y si hay que llorar de nuevo por lo que te dolió lloramos juntas otra vez y lo liberamos nuevamente; y de la misma forma si hay que reír de nuevo por las alegrías, pues volvemos a reír. Y así, pasan las horas, pasan los días, pasan los años, pasa  la vida y las amigas siempre están. Y los delfines, esos amigos de un día, también seguirán nadando, saltando y celebrando que ellos están ahí para bendecir nuestra amistad!

Y para terminar, la naturaleza que también quería celebrar, nos regaló un hermoso atardecer.  Para nosotras ¡CLARO!






Nota al calce.....
Y Lumary, pues, se nos cayó en el bote. Se viró un pie y rodó, para variar! Pero nada que una bolsa de hielo no pueda arreglar para continuar celebrando. Gracias amiga-hermana por un día de recuerdos espectacular.


















Vilmary Negrón
7-octubre-2012

Tuesday, September 11, 2012

¿Desmayada yo?






Dicen, cuentan, aseguran que Dios no nos envía nada que no podamos soportar. Tan es así la cosa, que si algún día sentimos un dolor tan fuerte y tan fuerte que nuestro cuerpo no lo soporte, la madre naturaleza nos hace desmayarnos. De esta forma nos protege del dolor (físico o del alma). Entonces, ¿estoy desmayada yo? ¡No! Si aun estoy aquí, si aun estoy de pie, es porque puedo soportarlo, es porque puedo seguir viviendo.


Sencilleces de la vida, nada más.


Vilmary Negrón
11-sep-2012 

Saturday, August 18, 2012

Zapatos Rotos


    y…. se rompieron los zapatos.


Se me rompieron mis sandalias justo al bajarme del carro llegando a un “mall”. Sólo di un paso, atrás quedo el taco y yo con un pie al frente. ¡Qué situación! Si seguía caminando así, era coja; si me iba no podía hacer mis compras, traté de romper el otro para seguir adelante y no pude. Y ahora, ¿quién podrá ayudarme? ¡Mi familia por supuesto! Todo se resuelve, imaginación al instante. Me quede en el carro y mi esposo y mi hijo fueron a una tienda (ya estaba en el “mall”) y me compraron otras. Después, risas y risas; se hizo la compra; se regreso a la casa; y la vida continúa.

Que ironías tiene la vida, hoy fueron mis zapatos pero cuantas veces se nos rompe algo (quizás pensamos que la vida) y algunos no logran sustituir lo roto por lo nuevo o por lo reparado. En otros casos esos “zapatos rotos”… ¿qué son?  Pueden ser una amistad, puede ser un trabajo, puede ser un ser querido que se nos fue, puede ser que ya no creo más en eso que creí importante, puede ser tu corazón, pueden ser tantas cosas.

Lo que es importante no es lo que se rompe, lo que es importante es lo que haces después. El próximo paso. Si al romperse mis sandalias tenía un pie al frente, ¿por qué no usar ese mismo pie para impulsarme y continuar? En este caso todo se resolvió con unas sandalias nuevas; en los otros casos puede tomar un poco más de tiempo pero se logra. Todo es cuestión de tener la voluntad; usa la tuya y si no la tienes la de tu familia, la de tus amigos, la del profesional, la de Dios, la de Buda, la de Shamballa, la de Alá, la que sea pero sigue adelante. Si en esta vida, todos tuviéramos la actitud de mejorar y de dejar atrás “el zapato roto” la felicidad seria de muchos más.

No permitas que el “zapato roto” te rompa la vida. Todo se resuelve, imaginación al instante.

Vilmary
18-agosto-2012

Nota: Las nuevas sandalias no eran tan lindas….. jajaja!

Thursday, July 5, 2012

“Muerta, ANTES que sencilla”


Esta es la historia…

Refrán: “Antes muerta que sencilla”
Realidad: “Muerta, ANTES que sencilla”


Sucedió así.

En mi planificación estaba ir a la terapia de color (salón de belleza) la próxima semana; pero mi hijo quiere recortarse hoy y yo (la envidia mata) decido adelantar mi terapia. Pues bien. Llegamos con la lluvia (si con la lluvia porque hoy estaba lloviendo).

Evento 1:
Dialogo con mi estilista lo que me quiero hacer, dice que no me puedo tapar mis mechones rojos (o sea no me deja hacer lo que quiero) y decidimos por el violeta (el violeta es más resistente a los estragos del tiempo, del mar y del sol; estamos en verano).

Evento 2:
Fuá! Se va la luz (o sea la electricidad). Un salón de belleza sin electricidad es una situación bien pero que bien difícil. Ok, vamos a aplicar color porque yo me sé arreglar mi pelo a “blower” en la casa. Como no hay luz, me sientan al frente de una ventana de cristal para aprovechar la claridad. Vista: carretera, carros, una ferretería y (mal presagio) una funeraria.

Evento 3:
Suena la “chicharra” del tiempo y vamos a lavar el pelo. OK…. Agua, agua, donde estas agua? Sas! se fue el agua. Que qué!!! No hay agua y yo con tinte en el pelo! Las canas, las canas……. no hay agua! Sí hay agua, hay un galón. De donde? Pues de donde va a ser, de la nevera!!!!

Evento 4:
Lavado de cabello congelante…brrrrrrrrrr
Por casualidad has notado que cuando te lavas la cabeza el agua, no sé por qué razón, se siente más fría que en resto del cuerpo? Pues imagínate un lavado de cabello con agua de la nevera!  Es así… el agua va cayendo en tu cabeza y se va moviendo poco a poco desplazando el tinte hasta llegar a tu cráneo.  Ahí en tu cráneo entonces el frío te entra al cerebro SI directamente al cerebro y sientes- percibes-padeces como algunas de tus neuronas reaccionan y van muriendo-muriendo poco a poco.  SI, mueren congeladas y al morir sientes que no puedes respirar, ni hablar, ni moverte y te vas en un viaje pero sigues sintiendo el cráneo congelado; muerte neuronal!

Evento 5:
El violeta, el violeta no me lo han puesto y ya no hay más agua de la nevera. A pues bien, hay que poner el violeta; no se puede salir así del salón. No  me puedo ir incompleta ni opacada (eso había dicho mi estilista al no querer taparme los mechones: “no te puedo dejar ir opacada”). Y todavía no hay luz ni agua. Agua, agua donde hay agua? Talán! La idea de mi estilista (que dice que cuando está conmigo las ideas le salen) … del tanque de agua del INODORO! (Paréntesis importante en este punto de la historia: del tanque de arriba del inodoro, NO del “bowl” de abajo). Y se van estilista con vaso y galón en mano, y mi hijo con la linterna a buscar el preciado líquido. Mientras, el otro me descarga una buena dosis de color violeta en mi cabeza.

Evento 6:
Suena de nuevo la chicharra del tiempo. Ahora al segundo lavado de cabello con agua “limpia del tanque de arriba del inodoro”. Cabeza lavada, luego el recorte, bien peinadita (pelo mojado, obvio) y walá! salgo del salón. REGIA.


Sucedió así.

Esta, aunque no lo puedan creer, es otra historia de “mi vida real”. Así soy, única. Que más puedo decir. Mis amigas dirían: “me pasó algo que sólo te pasaría a ti”. Sí, porque a nadie le pasa lo que a mi.

A pesar de todo, mis canas están ocultas, mis mechones ahora son violeta (color bueno para el aura o buen color de aura), nos reímos un montón y todos somos felices. Acaso la vida se trata de otra cosa?


Vilmary Negrón
Julio-2012

Wednesday, May 16, 2012

Bounty, para limpiar el alma


   
    Existe el Bounty, para limpiar el alma

Mi abuelita me enseñó que siempre llevara servilletas en la cartera para “alguna emergencia”. Esa es mi costumbre y de generación en generación así le enseñé a mi hija. Por si se te vira el vaso de agua, por si se te riega el maquillaje, por si en el baño no hay papel, por si se te ensucia un taco porque se enterró en la tierra justo antes de entrar al baile, por si estornudas, por si en la pizzería te dan pocas servilletas (que sucede). Por si en el beauty te cae una gota de tinte en la cara, por si quieres limpiar una silla antes de sentarte, por si quieres limpiar la mesa, por si te quieres tapar el blower (digo! el pelo) bajo una llovizna de las que no mojan pero dañan el blower. Por si alguien a tu lado necesita una servilleta. Por tantas cosas, cien, mil, millones. WOW, me siento como si le estuviera haciendo una buena campaña publicitaria para el producto.

Es por todas esas “posibilidades” que siempre tengo mis bounty en la cartera. Claro está, en una carterita especial para ellas, no todas regadas. Con mucha clase….


Lo que mi abuelita no me dijo es que también las podía usar para limpiar el alma. Y aquí entra mi parte locura 101. Sí persona que lees esto, las servilletas bounty limpian el alma. Y te preguntarás, ¿con qué cuento viene esta loquita de este blog? ¿o peor aún, será que trabaja en la compañía que hace las bounty y le está haciendo promoción?

Pues no; no estoy loca, no trabajo en Bounty pero sí las uso para limpiar mi alma. Entonces por qué digo que el Bounty y no otra marca? Dos razones: la primera porque en mi casa siempre se compró Bounty y la segunda porque los klennex se rompen y se te quedan las bolitas de papel en la cara. ¿Qué, en dónde? En la cara, en la cara, en esa cara por donde bajan las lágrimas. 


Porque se puede llorar por muchas cosas.
  • De alegría, las risueñas lágrimas.
  • De dolor, las cabronas lágrimas.
  • Las del nacimiento de un hijo, las recién nacidas lágrimas.
  • Las de los logros alcanzados durante la vida: las lagrimas logradas.
  • Las de las metas no alcanzadas: lagrimas frustrantes (estas se secan más rápido)


Tantas, tantas y tantas lágrimas. Todas son del alma. Porque es que cuando el alma siente esas emociones tan fuertes de amor, risa, dolor, nacimiento, muerte, logros, frustraciones, que  te envía las lágrimas para que las saques. De esta forma tu alma se limpia y si sucede que alguien que te quiere esta a tu lado en ese momento las compartirá contigo y limpiarlas será más fácil. Y una vez las lágrimas están fuera de ti ya no te hacen daño, ya se fueron con el bounty o se evaporaron. Ya te has liberado.

Viste, como tenía razón. Aunque confieso que me pasa que la carterita fashion ya no es suficiente para todas las que estoy necesitando en estos días recientes. Ando con medio rollo de Bounty en la cartera para cuando me llega la “chiripiorca”. ¡Sí, medio rollo! Pero cuando me llega, saco una de mis bounty, que aunque son equivalente al medio rollo van dobladitas correctamente, limpio mis lagrimas, vuelvo a sonreír y sigo adelante; lloro, limpio, sonrío y sigo adelante; lloro, limpio, sonrío y sigo adelante……. Parece un ciclo, puede parecer un ciclo perjudicial. Pero para mí no es perjudicial pues cada vez que limpio, el medio rollo se va acabando y mi alma limpiando. Se puede llorar, todas las veces que se quiera, pero no es para siempre. Es para limpiar el alma de las lágrimas del dolor y las del mal. De ahí en adelante solo quedarán las lagrimas de la felicidad.

Una alma limpia, así será la mía muy pronto.........(yo, Vilmary)

Nota al calce: Ahora, no se crean que el ciclo se hace en cualquier lugar. Hay sitios y hay sitios y sitios para llorar. En los sitios públicos no es recomendable. Saben mi gente, siempre hay que mantener un “caché”. JAJAJA

Tuesday, May 15, 2012


Puentes Rotos


Si te dijeran, tienes que cruzar alguno de estos puentes, ¿qué pensarías?  Al ver este primero, pensaríamos: ¡qué-qué! Ni la madre mía. Conmigo no cuentes. Eso es muy difícil y arriesgado.  


                                        

El cruzar puentes es el dilema de la vida. Pero hay que hacerlo.


Este, de primera impresión, parece que usando primero el borde, llegamos a la parte segura del puente. Pero, quien te lo garantiza. ¿Quien te asegura que esas tablas están fijas y serán seguras? Sólo aquel que ya lo haya cruzado te podría contestar esas preguntas. Pero ¿que pasa? No hay nadie por ahí que te diga cuales son las buenas y cuales son las malas. Esas decisiones las tendrás que tomar tu mismo y arriesgarte. Y pregunto: por casualidad te diste cuenta de que al final el puente entra en el agua. Que tarea ah! ¿Te atreves a cruzar?



Aquí hay otro, roto pero parece completo y “cruzable”. El otro lado se ve verde y parece un sitio mejor. Pero no podemos ver si al final ese puente conecta con el bonito verdor. ¿Te tiras?

¿Escogiste alguno? ¿Te atreves? Sí o no, tal vez, no sabes, estas mejor acá en el otro lado. Muchas contestaciones, muchas inseguridades. Pero sabes qué; ya estas montando en un puente, en el puente de la vida. ¿Cuál es el puente en el que estas montado, uno completamente seguro, el más bonito, el que tiene obstáculos pero fáciles? Sólo tú lo sabes.

La vida es un caminar por tierra, mar y puentes. A veces ese caminar es tranquilo, bonito y feliz; pero de momento te podrías encontrar con que para pasar al otro lado no tienes mas remedio que escoger uno de estos puentes rotos. 

Si te cambio la pregunta a: ¿En cuál puente está tu vida en estos momentos? ¿Qué me dirías? El menos malo, el más roto, que no estás en ninguno y no vas a cruzar ninguno. Pues yo te digo, si no quieres pasar ninguno, ni el más difícil, ni el más fácil, haz decidido quedarte donde estás. ¿Eres feliz ahí? Pues no hay necesidad que te vayas. Quédate.

Sólo que cuando no se es feliz en donde estas, tienes que cruzar algún puente. A veces para llegar a un sitio mejor y quedarte allá por un tiempo en lo que la vida te presenta otro puente (mejor o peor). A veces lo crúzamos para ver lo que hay al otro lado y quizás regresar donde estábamos.

Yo, ahora, estoy en un puente. No importa en cual puente estoy, solo sé que es uno de los menos fáciles, sino es que es el más difícil que me haya tocado en este preciso momento. Lo estoy cruzando, con temblor, con temor a no lograrlo, con la posibilidad de caer, pero también y sobre todo con la ESPERANZA y FORTALEZA que me dan la gente de bien que me rodea. Porque también en ese puente están conmigo, mi esposo, mi hija, mi hijo, mi familia, mis amigos y mi Dios. 

Saturday, May 12, 2012



12-mayo-2012
A sólo un día para el Día de las Madres; es más a sólo horas.
25 años después de tu partida y aquí estoy…….

Mamiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii, donde estás? Necesito que me abraces y ahora!!! Me hace falta tu fortaleza para que no me pueda dañar y tú lo sabes. Tengo una perreta y estoy llorando y quiero que estés aquí! Mami, tu tendrías tanto o más coraje del que yo tengo ahora. Porque tú y yo sabíamos sufrir juntas; y dentro del sufrimiento también sabíamos reír.  

¿Por qué me hace falta tu fortaleza para que no me pueda dañar? Simplemente porque he sido exitosa y porque estoy rodeada de amor y no puedo renunciar a esas cosas como tú me enseñaste.
He aquí la historia que tú ya sabes; como toda madre sabe, aunque estas lejos, en otro sitio, con Dios.
Recuerdas cuando me dijiste, “tú eres grande, te sabes cuidar verdad?”; yo te conteste: “si mami, yo soy grande y me se cuidar como tú me enseñaste, no te preocupes”. Pues hoy te cuento que me he cuidado hermosa y maravillosamente. Terminé mi Maestría en Química (nuestro sueño); y con buenas notas también (Bachillerato Magna Cum Laude y Maestría Cum Laude; o sea alto honor  y después honor). Todo como tú lo deseabas, como yo lo trabajé y como ambas queríamos. La familia, Buby y Dios me ayudaron en eso. También como tú querías, que la familia estuviera ahí conmigo, que estuviera en tu lugar para mí. Hoy te digo que lo hicieron y siguen haciéndolo.

También soy Madre; de Veronica y Diego Armando.  ¿Viste que nombres tan bonitos les puse? No podía hacer menos, hice como tú; a un gran hijo(a) un gran nombre. JA!

Mi hija Verónica es como tu copia. Se llama así porque quise honrar el día que hiciste el papel de La Verónica en el viacrucis de cuaresma en el pueblo. En tu representación “enjugaste el rostro de Jesus”, de la misma forma que enjugaste el mío cuando iba donde ti llorando y me abrazabas y me decías todo pasa y me explicabas como todo pasa y me hacías reír otra vez.

Mi hijo Diego Armando, dicen que es un clon de papi. Ese nombre lo escogió Buby porque le gustaba y a mí me pareció fabuloso, grande e impactante como hubiésemos querido que fuera un nieto tuyo. Tiene tus travesuras; o sea, que en ese chico también tú estás.

Tengo un matrimonio basado en el amor y la amistad. Voy con mi esposo a todos lados como tú me recomendaste. Recuerdas? Me dijiste: “si tu esposo te invita para aquí o para allá, suelta los trastes y vete con él. Si cuando regreses tienes que botar parte de las cosas de la casa, las botas y vas y compras nuevas. El marido no se consigue en la tienda.” Yo se que hablabas de la relación, de que hay que fortalecerla y mantenerla. ¡Mira que ese consejo me lo aprendí tan bien y los resultados los vivo cada día!

También he sido exitosa profesionalmente. Los años en la universidad, junto con tus consejos, las experiencias vividas y las que dejé pasar me han hecho lo que soy hoy.

El mundo ha seguido dando vueltas desde tu partida. No se detuvo y yo tampoco lo hice. Lo que soy hoy es el resultado de tu AMOR, de tus ENSEÑANZAS, de la VIDA VIVIDA como me ensañaste. Pero mami, este mundo también ha cambiado. Hay más maldad. A veces pienso que no, que la maldad es la misma sólo que antes tú la tapabas ante mí. Pero sea o no sea la misma maldad, sea porque ahora “soy grande” y la veo o la siento; no me hace daño. Aunque a veces, mami, pienso que me vence no lo logra. ¿Sabes por qué? Porque vivo mi vida “como tú me enseñaste”; y rodeada del AMOR de tu yerno, de tus nietos, de nuestra familia y de la familia y amigos que me he ganando desde que te fuiste; simplemente porque he sido buena e integra y caminando con la verdad al frente como tú. Y sobre todo, porque tengo a Dios y junto a Él te tengo a ti como mi  Madre en el Cielo.

Son 25 años sin tu presencia física, los mismos que has vivido en mi corazón. Te sigo amando como siempre,
Tu hija Vilmary

Aquí en casa, a veces sintiéndome en el suelo, cuando en realidad sigo en la Tierra que no es lo mismo y tú me entiendes.

Wednesday, April 25, 2012

Una casa, tres cuartos para cuatro mujeres; un cuarto para dos, que resultaron ser casi una: mami y yo...


Una casa, tres cuartos para cuatro mujeres; un cuarto para dos, que resultaron ser casi una: mami y yo...


Hoy en día se vende una casa. Son dos pisos. Dos cuartos y un baño en el primer piso donde hay espacio para al menos tres carros. Tres cuartos, un baño, un laundry o living room, sala, comedor, cocina, balcón, y terraza en el segundo piso. Y el tercer piso una casita que sirvió de laundry y hasta de cocina de pasteles. Y en algunas ocasiones sirvió de patio para jugar, lejos del peligro de los carros.

Una casa de cemento, alrededores de cemento y piedras. Una casa donde vivimos cuatro mujeres y un hombre. La casa donde crecí y me crié. Y ahora puede parecer que esta vacía, pero en realidad está llena de recuerdos, de enseñanzas, de vivencias, de vida y hasta de muertes. Si, algo de muerte también hay en ella. Y el cemento, en cierta medida, se hizo parte de nosotras y también nos hizo mujeres fuertes.

Comienzo por recordar cuando el Tío Justito la construyó. Con todas las especificaciones y la calidad de las casas que se construían en los años 70 y sobre todo la calidad de el amor de construir una casa para una de sus sobrinas, la que más quería.

Recuerdo para la mudanza el Tío Martin vino desde Rio Piedras a ayudarnos. Nos mudamos bajo el aguacero y recuerdo también que a mi (de 5años) me bajaron “al hombro” por la cuesta de fango porque nunca encontré mis zapatos. También recuerdo que una noche, esa o la segunda que estábamos en la casa Gloria Aponte (amiga de mami) nos había visitado y en un momento interrumpí la conversación para preguntarle a mami: “¿ya nos mudamos?”. A lo que mami, que hizo? Pues se echo a reír con su risotada característica y me dijo: “si, mija, ya nos mudamos”!

Pasaron cosas y cosas en esa casa. Cosas  como que el primer día, por la tarde, mi mamá encontró a mi abuela en la puerta de la terraza frustrada por que el gabinete tenia “muuuuchas” puertas y ella estaba cansada, frustrada de abrir tantas puertas y gavetas y no encontrar las cosas. La pobre abuela estaba exhausta.

Tres cuartos tenia la casa. Uno para la abuela, otro para la Tía Irma (Maño) y el otro, el más grande y espacioso para mami y para mí. Sí, siempre dormí con mami. En el mismo cuarto y en la misma cama; hasta que los comentarios de la gente la hicieron comprar unas cama gemelas. Todo “porque yo me tenía que acostumbrar a dormir aparte para cuando fuera mayor y me casara, etc..” Eso duro poco, porque después consiguió una cama queen donde quedábamos bien cómodas. Y así dormimos juntas hasta que le extirparon el seno y entonces apareció mi cama twin de pilares. No para acostúmbrame a dormir sola, fue más bien para que con mi “mal dormir” no la lastimara. Y esto cuando tiempo duro? Pues unos dos o tres años donde mi cama twin de pilares seguía en el cuarto, pero mami y yo dormíamos juntas en la misma cama queen de siempre. Hacíamos trampita. Así fue hasta que llegue a la universidad y entonces sí que tuve que dormir en una camita solita. Esto duro tres años. Porque en mi tercer año de universidad, casi al final del primer semestre me regresé a dormir a casa con mami. Esta vez en mi camita twin de pilares porque ella estaba en su cama de posiciones como la del hospital, acompañada por el cáncer.  Esto duró menos de tres meses. Tres meses ella durmió sin mí y yo sin ella en esa cama que tiene la función de ser práctica y cómoda pero que en realidad es incómoda y mala. Sí, mala porque su futuro suele ser devastador. En dos camas pasamos los meses de noviembre a enero. Dos meses durmiendo en camas separadas pero tan juntas como la distancia de un sólo paso.  Pero a pesar de esa separación física, la unión entre nosotras siempre existió. Existió el día que mientras la ayudaba en el baño me miro a los ojos y me pregunto: “Tu eres grande verdad. Tú te sabes cuidar sola? Y yo en mi valor, que no era otra cosa que el valor que ella me había transmitido le dije: “Sí mami, ya yo soy grande y se me cuidar como tú misma me ensenaste; por eso no te preocupes.” Quién diría que esa fue nuestra despedida aquí en la Tierra? Nadie. Sólo yo lo supe pero años mas tarde.

Tan grande fue su amor de madre para mí, tan dura su lucha contra el cáncer y tan grande su valor que se pudo despedir de su única hija sin que me diera cuanta en ese mismo momento de que era una despedida. Mami, gracias por una casa, por un cuarto compartido, por tus enseñanzas, por tu sabiduría y sobre todo GRACIAS por que tu dolor del cáncer fue sólo tuyo. Porque ese dolor no lo compartiste del todo conmigo. Ante mí siempre estabas recuperándote, siempre tenías esa “risota” a flor de labios y no me hiciste partícipe de todo tu sufrimiento por el dolor del cáncer, el dolor de las terapias y el dolor de dejar a tu única hija “sola” en este mundo. En un momento llegué a pensar, y a culparme, de que yo había sido egoísta porque por estar en la semana en Río Piedras (estudiando como tú querías) yo no estaba contigo en tu dolor. Sin embargo, al pasar del tiempo, y más al tener mis hijos entendí que no había sido egoísmo de mi parte; sino que había sido egoísmo tuyo, pero del bueno porque era para que yo no sufriera. Te guardaste todo el dolor para ti y eso es valioso. Mi madre la valiente. Mi madre la luchadora. Mi madre, la madre!

Las camas ya no están en la casa. Mi madre, Maño y Abuela tampoco. Las casa está prácticamente vacía, muy pocas cosas quedan en ella. Unos cuantos cuadros, tablillero, algunas cosas en los closets y puede que alguna que otra copa o traste más. Pero mi mente la tiene completa, llenas de adornos, de cosas, de visitas, de comida; pero sobre todo llena del amor de mami y el de abuela quien todavía me acompaña y del mio que llevo dentro y del de mi esposo que siempre estuvo ahí en la misma casa y el de mis hijos, que también la vivieron y que también recibieron al amor que de ella (la casa), o de ellas (las mujeres que ahí crecimos) o de ellos que en su niñez también la vivieron y aportaron amor para esas paredes.

La casa hoy está en venta, ya nosotros no la habitamos. Pero se vende con muchos buenos recuerdos y mucho amor recibido. Dios quiera que quien la habite reciba el mismo amor y cariño que nosotros, toda mi familia, cultivamos y repartimos desde esas “4 paredes”.


Vilmary
25-abril-2012

Tuesday, March 27, 2012

Había una vez un payaso

Una fiesta de cumpleaños con payaso.



Pagamos $175 por un payaso. Todo ese dinero por que alguien nos haga reír. Por que divierta a nuestros niños en un cumpleaños. Hoy en día estamos dispuestos a pagar por que hagan felices a nuestros niños. Pues así, al igual que muchos padres modernos, pagamos por que un payaso llamado Fosforito, nos hiciera reír en el cumpleaños de nuestro hijo Diego Armando.  Pagamos por un show en el cual hubo, como en todos, risas, juegos, canciones y hasta lágrimas.  Sí, lágrimas de risa y de satisfacción.

A continuación un resumen de lo que nos costó $175.

La sección de magia.  Una vez más desapareció un pañuelo.  Pero esta vez no fue un simple pañuelo rojo o azul o amarillo. Esta vez fue uno que tenía en un lado la alegría, en el otro el amor y en otro a Dios.                                                              

Y desapareció....y no lo veíamos, pero sabíamos que existía.  Así como no vemos ni la alegría, ni el amor, ni a Dios, pero sabemos que existe. 

Y apareció.... nada más y nada menos que en el corazón de un niño. 
Ahí donde no hay preocupaciones, envidias o sentimientos que los opaquen.

El payaso trajo una flor.  Una flor partida, que recobró la vida, no con magia ni con agua, sino con una oración a Dios.  Pero no fue una oración cualquiera. Fue una llena de fe y recitada por los niños. 

¿Es que acaso a los adultos se nos acaba la fe o se nos olvida orar?

La piñata.   Sin empujones, ni gritos, ni lágrimas.  Una piñata que trataron de romper los niños y no lo lograron.  Quien logró romperla fue nuestro hijo y no la rompió sólo.
Lo hizo con la ayuda de papá. 

¡Qué mucho pueden lograr los niños con la ayuda de los padres!

Además de esto, hubo una piñata especial para mamá.  Mamá no tuvo necesidad de darle golpes para romperla, por que sin ningún esfuerzo, de ella salió papá. 

¡Qué mejor regalo para una madre, que el tener a papá a su lado para juntos educar a sus hijos en el amor!

Cumpleaños Feliz.  Cuando llegó este momento fue necesario que todos los presentes se acercaran a la mesa del bizcocho.  Sí, todos, no sólo los niños.  Y el payaso pidió a los familiares del niño que le dijeran algunas palabras especiales en el día de su cumpleaños.  Comenzó con su hermanitaVerónica, la cual SIMPLEMENTE dijo:  “Que lo quiero mucho”.  Estas tres palabras fueron el comienzo de un río de cariño, de amor y de buenos sentimientos para un simple niño de 3 años.  El payaso de $175 sacó palabras de amor del corazón de los adultos. 

¿Cuantas veces dejámos salir amor de nuestros corazones hacia el corazón de nuestros hijos? 

Y después de todo eso el payaso dijo: “Dieguito, todos te queremos mucho, pero Dios te quiere más”.  ¿Existe alguna verdad mayor que ésta?  Todos sabemos que no.

Así se acabó el show del payaso.  Se despidió de todos nosotros, pero antes de irse le dijo un gran secreto a nuestra hija mayor (de apenas 6 años): “Sigue portándote bien”.  Y la hermanita, como todo niño, no pudo guardar el gran secreto y se lo contó a mamá.

Por todo esto fue por lo que paguamos $175. Hoy, no podemos decidir qué vale más, si el acto de  magia, los chistes, la piñata o todo el amor que  nuestro hijo y nosotros como familia no vimos pero sí sentimos en el tan esperado “Cumpleaños de Diego Armando”. Pagamos $175 por un payaso. Pagamos $175 por que ese payaso nos hiciera reír. Por que en su show nos hablara de la magia de Dios, la risa de la amistad y la grandeza del amor familiar.  ¿Qué son $175 al lado de todo esto?   Para nosotros,  NADA.


¡Gracias Payaso Fosforito!

Diego Armando, Verónica, Vilmary y Buby
Naranjito, P.R.

Tuesday, February 7, 2012

Te soñé preciosa




Mami, una vez más desde tu muerte me siento a escribirte. Parecerá de locos escribirle a una persona muerta, pero es así como desahogo, como expreso aquellas cosas que quisiera compartir contigo y que por tu pronta partida no puedo hacerlo. Muchas veces te he hablado, he conversado contigo a través de Dios. De ese ser maravillosos que desde tu muerte ha sido nuestro contacto. Muchas cosas he compartido contigo a través de estos 11 anos. De la misma forma que se lo hubiésemos hecho de tu estar viva. Es como siempre he dicho: por encima de ser mi mami, fuiste mi mejor amiga.

Muchas veces te he soñado. Tú debes saber cuántas. También debes saber que el sueño era siempre el mismo. Ese sueño desesperante donde nos íbamos a encontrar en algún lugar para despedirnos y pasaban diez, cien, mil cosas que no nos permitían estar juntas antes de esa “no deseada” despedida. Después de soñar esto muchas veces me percate de que lo soñaba en aquellos momentos de mi vida donde estaba experimentando algo que hubiese compartido contigo; con mi mamá, con mi amiga. No creo que haya tenido mayor demostración de la falta que me has hecho en estos años.

Sucedió que con el paso del tiempo deje de tener ese sueño. ¿Sería entonces que en cierta medida había superado tu partida? Quizás. ¿Será que después de tanto hablarte ya he logrado directa comunicación contigo? Tal vez. ¿Será que tu prolongación en mí se ha completado después de este tiempo? Puede ser. La contestación a estas preguntas no las tengo. Puede que después de dejar pasar un tiempo las tenga, puede que no.

Sucedió también que con la desaparición de este sueño te deje de soñar contigo. Muchas veces en mis conversaciones con Dios le pedí que me permitiera soñar contigo y que en ese sueño me hablaras, me aconsejaras. No sucedió, no te soñé hasta anoche. ¡Anoche te soñé preciosa! En ese sueño, llegué a casa y cuando entré al que siempre fue “nuestro” cuarto estabas ahí, de pie, frente a mi; con un traje azul y blanco con rosas rojas (tus favoritas). El azul era como el cielo, azul claro y blanco como el cielo con nubes. Llevabas una rosa roja grande en el centro del pecho, ese pecho que el cáncer toco. Tu pelo estaba corto, negro azabache y abundante. Tal y como era antes de que el tratamiento lo afectara. Tu cara estaba borrosa. No me hablaste. Yo solo dije: “estas preciosa”. Según el sueño ibas a ser madrina de una boda.

¿Qué significa este nuevo sueño para mí? ¡Que sigues viviendo! Que vives en mí. Que eres mi madrina en el cielo. Que nunca, nunca, has dejado de estar conmigo. Que te “alejaste” por un tiempo para permitirme crecer, ser mujer. Que todos estos años de hablar contigo no han sido en vano. Que nunca te fuiste, que simplemente, sencillamente, dejaste de vivir en tí para vivir en mí.
Mami, te amo!

Vilmary Negrón
21-octubre-1998
Lejos de casa….

Monday, February 6, 2012

Las canas no pintan y tampoco hay bata para tanta belleza… un sábado en el salón de belleza.

Las canas no pintan y tampoco hay bata para tanta belleza… un sábado en el salón de belleza.


El sábado fui a  mi terapia de color (al salón de belleza) y pase allí un buen rato. Todo porque mis canas (sí ya tengo canas que ocultar) no pintaban. Mientras esperaba (a que mis canas se pintaran) observaba todo lo que ocurría en el salón de mi amigo Raymond. Mientras él me observaba y se reía.

En esta ocasión yo le dije lo que quería hacerme y él dijo que ya no era como antes que él solito decidía. Claro está, él pone fotos en facebook y yo escojo de esas mismas fotos. Creo que es lo mismo que una decisión tomada por él.
La señora de rubio me dijo tenía 60 años y quería tener el pelo más corto porque a esa edad el pelo largo no te luce. Le enseñe las fotos de mi último look y dijo que le gustaron. Después me pidió “dis” que permiso para que la recortaran como yo.  Claro que no me pude negar. Soy la modelo europea del salón. Quedó  regia!
También estuvo la señora que quería sacarse “ese amarillo” que no le gustaba, pero a la vez quería mantener esos rayos de luz en la parte del frente. Bueno al final quedo como ella decía, que no fue otra cosa que oscurecer un poco el pelo y mantener los rayos amarillos que ya tenía. De todos modos también se fue feliz. Así somos las mujeres.
Y estaba la gran amiga y clienta fabulosa del salón, la Beba “gordita”. Cuando le dicen ponte una bata ella se queja y dice: “Para qué me dices que me ponga una bata si las que hay no me sirven. No tienes batas para tanta belleza”. Al escuchar esta frase recordé que en la oficina del médico de mujeres al que voy (si, al ginecólogo) también se usan unas batas color “peach” de lo mas monas y fashion (créanme que nunca había ido a una oficina de medico así, pero ésta es “cool”). En una ocasión en esa oficina había una “paciente gordita” que tenía dos batas puestas; una hacia adelante y la otra hacia atrás para poder taparse completa. Ese día la miré y me estuvo gracioso lo que estaba viendo; pero el sábado en el salón pensé, en la oficina de mi médico tampoco hay batas para tanta mujer, para tanta belleza.

Esa frase, me chocó y a la vez me hizo meditar sobre el afán de las mujeres de este siglo por ser flacas para considerarse bellas. Tantas mujeres que arruinan ellas mismas su felicidad por que son llenitas o gorditas. Tantas mujeres que menosprecian a la gordita porque no logra ser flaca para ser bella. Tantos hombres que hasta se burlan de esas libras demás; tanta gordura que causa tanta infelicidad.  Si al menos la mitad de las mujeres llenitas o gorditas se vieran como la clienta especial del salón y a todo pulmón gritaran a los cuatro vientos: ¡no tienes batas, ropa, accesorios, corazón, ni vida para tanta belleza! ¡Cuán diferente fuera este mundo, cuantas humillaciones y burlas no saldrían a maltratar, cuanto amor podríamos dar al mismo nivel de esa belleza extra! Cuantas mujeres se sentirían más queridas y aceptadas, no rechazadas y estarían más fortalecidas para hacer cosas más grandes. Y sobre todo, cuantas mujeres comerían con placer, con gratitud por que tienen comida para alimentarse y no estarían sufriendo los estragos de una dieta, que más que una dieta para el cuerpo es un martirio para sus almas.
Amigo, tu que tienes una mujer “grande” a tu lado, hombre que tu mujer esta “creciendo” a tu lado, hombre que tu mujer está “muriendo” a tu lado por ser flaca, mujer que eres la mujer que eres con el cuerpo que Dios (o la vida) te dio, acéptate tal cual eres, aprende a sacar el mejor provecho a tus cualidades y a “disimular” aquellas cositas demás con trucos de maquillaje, ropa, estilos que te favorezcan. Es más fácil “jugar con la ropa y los accesorios para vernos bellas” que sufrir con una dieta o despreciar y sufrir por un cuerpo que no nos gusta. Esto último causa dolor y empaña tu felicidad y la de otros que te quieren bien. El juego siempre es más divertido y si al final de ese juego te vas a ver bella con todo lo que “tienes” y entonces nadie va a poder con “tanta belleza” porque será una combinación de belleza física con belleza del alma y a esa dupleta es difícil tumbarla. Mujer, con esto la felicidad y satisfacción vienen por añadidura.

No sufras, juega a que no hay batas para tanta mujer, para tanta hermosura y crea la tuya propia. Con tus ropas, con tus accesorios, con tus locuras, con todo tu ser. Hazlo y serás llenita o gordita pero única y especial. Las cosas que se llevan en el alma y en el corazón y que luego se “adornan” sobre el cuerpo para darles ese look especial y único en cada mujer son las que valen. También son las que al caminar te llevaran con la cabeza, las tetas, la panza, los muslotes, las super nalgas y todo lo que llevas bien en alto con la satisfacción de no ser una mujer que cabe en cualquier bata, sino con la satisfacción de ser una mujer que solo cabe en una bata especial para tanta belleza

Este escrito se lo dedico en especial a mi estilista Raymond que tanto me hace reír y a la clienta especial, Beba, que aunque no somos amigas “close” como le llaman, es una persona especial a la que admiro mucho y aunque ella no lo sabe me ha enseñado muchísimo más.

Y por si les interesa, mientras pasaba el tiempo observando a las otras clientas mis canas y mechones pintaron con tres capitas de tinte (nada más). También salí regia, como cada día que voy a mi terapia de color.

Vilmary Negrón
04-feb-2011

Saturday, February 4, 2012

A mis hijos Verónica y Diego Armando

Escribí estas líneas cuando mis hijos, Verónica y Diego Armando, tenían 7 y 3 años respectivamente. Casi 13 años después lo han leído y puedo entonces compartirlo con ustedes que lo quieran leer.





Verónica

Quiero aprovechar esta ocasión para decirte o mejor dicho, escribirte, algunas cosas. Suelo escribir cómo me siento, qué estoy pensando o simplemente uso la escritura para decir, para hablar conmigo misma. Es la primera vez en tus siete años que te escribo a tí, Verónica.

Hace algunos años en la dedicatoria de mi tesis de maestría escribí: “A mi hija Verónica, quien cambió mi vida de la forma más hermosa”. Apenas tenías unos meses cuando escribí eso. Hoy, casi siete años más tarde, esas palabras son insignificantes al lado de lo que eres para mí.

Querida hija, resulta que hoy te puedo decir: eres hermosa, eres maravillosa, eres un ser humano excepcional; tu corazoncito, aunque pequeño, encierra muchos sentimientos maravillosos y genuinos. No es difícil quererte y amarte. Es más, puedo decir que todo hacia ti  y desde ti fluye naturalmente; así como el amor. Así grande y natural es el amor que siento por ti. Un amor especial, maternal. Uno que recibí de mami y que ahora pasa de mí hacia ti. Un amor que no se puede escribir, solo sentir y vivir. En nuestro día a día, en nuestro diario vivir y para siempre. En este momento le digo a Dios a través de ti:
  1. Gracias por una hija tan bella, tan maravillosa, tan amorosa y…
  2. Ayúdame para cada día ser mejor y aportar un granito más a esa vida que nació de mi ser, que eres tu Verónica.
Quizás ahora no entiendas muchas de mis palabras, pero quedaran grabadas en este papel y podrás acudir a ellas cuantas veces quieras y cada día que las leas significaran algo diferente y especial para ti y para mí.
Ahora, no quiero terminar sin contarte por qué hoy decidí escribir para ti. Sucedió que hace algunos años, 11 años para ser exacta, recibí un papel con unas palabras que mami (tu abuelita Iris) “mandó a escribir para mi” según me dijeron. En ellas hablaba de lo que yo significaba para ella. Lamentablemente en ese momento ya mami había muerto y no estaba físicamente a mi lado cuando leí: “Ese milagro es producto de mi amor, eres tu Vilmary, mi prolongación”. En ese momento sentí los deseos más inmensos de abrazarla y no pude hacerlo. Hoy, quiero que sepas mi amada hija que tú también eres un milagro producto de mi amor, que tú también eres mi prolongación. Aquí estoy para abrazarte.

Te ama, mami, 



Diego Armando

Niño hermoso, niño amoroso, niño travieso. No creo que hayan otras palabas que mejor te describan. Tú que eres otro milagro producto de mi amor, a tus tres años eres el alma de la casa. El inquieto, el huracán, el más que se menciona cada día. Sin embargo tu energía también la puedes cambiar de travesuras a cariños, de inquietudes a demostraciones de amor. Porque tú también eres parte de mí y porque tú también eres parte importante de nuestro hogar, hoy también quiero escribirte. Sólo tienes tres años y obviamente no puedes comprender lo que esto significa; pero para ti también quedarán grabadas estas palabras y podrás acudir a ellas cuando quieras.

Hijo mío, dicen los más conocedores que cada hijo es especial y único. No creo que sean necesarios muchos títulos para comprender esto. Sólo bastó con tenerte para saberlo. Siento un amor muy grande por tu hermanita, Verónica, y cuando fuiste a nacer sentí miedo pues pensé que tendría que dividir ese amor entre los dos. ¿Y sabes qué? No fue así. Al tenerte mi corazón creció, mi amor se multiplicó; de la nada a todo. Gracias a ti sé que soy capaz de querer en grande, que el amor de una madre no se divide jamás, se multiplica.

Querido hijo, le pido a Dios que me ayude para poder guiarte. Le digo gracias porque mi hijo es un huracán de travesuras y de amor. Gracias porque contigo a mi lado cada día que pasa es uno especial. Gracias porque a través de  ti, Él (Dios) me ha permitido conocer la grandeza del amor. Le pido a ese mismo Dios que sea Él, el que siempre te guie. Que dirija, a través de mí si es necesario, todas y cada una de tus ocurrencias y travesuras. Para que así, con mi ayuda y su divina intervención, esas travesuras sigan siendo a través de todos tus días travesuras de amor. Porque definitivamente es el amor en todas sus posibles expresiones lo que vive en ti, lo que vive en mi, en tu hermanita y en tu papá. Es ese amor que tú emanas, la fuerza que nos ha guiado hasta ahora y la que seguirá guiándonos a todos a través de una vida alegre, la cual deseo sea así para siempre.

Diego Armando, Dieguito, Marciano, Du, mi bebe… siempre será todo esto siempre serás parte de mi ser. No importa lo que hagas, no importa donde estés. Siempre seguiré siendo mami. Nada más.

Te ama, mamá

Vilmary Negrón
20-octubre-1998

Sunday, January 29, 2012

Tener un hijo




Tener un hijo

Soy mujer. Soy madre. ¿Qué significa esto? Son sólo dos palabras (mujer, madre) de cinco letras cada una. Sin embargo significan tanto.

Ser mujer es: ser un ser humano, ser amiga, ser ama de casa, ser profesional, ser hija, ser madre, ser amada. Esto es sencillamente ser lo máximo. Con el respeto que se merecen todas aquellas mujeres que por una u otra razón no han tenido hijos, permítanme decir que ser madre es la culminación, la realización “final” de una mujer. Final entre comillas, porque es ahí donde comienza de nuevo la vida.

Tener un ser dentro de tu cuerpo, sentir como se desarrolla, ver crecer tu barriga, “deformarte”. Sí, tu cuerpo de deforma porque hay un ser dentro de ti formándose. Todo esto es indescriptible pero es maravilloso. Sin embargo todo esto es también insignificante cuando llega el momento del nacimiento. Todo lo que sentiste durante el embarazo, todos los dolores del parto, todo absolutamente todo se desvanece, se desintegra, se vuelve nada al lado de esa criatura que salió de ti. Es en ese momento cuando en realidad lo(la) vez por primera vez, cuando lo sientes en tus brazos, cuando lo besas, cuando lo acaricias; es en ese preciso momento cuando dejas de ser tuya para ser de él(ella). Es en ese momento cuando tu vida comienza de nuevo; tantas veces como cuantos hijos tengas. Pues tener un hijo es volver a nacer, es la continuación de tu vida, es como una vez dijo una madre muy sabia… es prolongarte a través de él(ella). Sencillo, no?

Vilmary Negrón
20-octubre-1998

Thursday, January 26, 2012

Una historia de belleza, llanto y amistad


Hace algunos 4 años, un día de “ataque-crisis de pelo” decidí ir a un salón nuevo. Lleve una foto del periódico de un recorte que me había gustado. El chico la vió y empezó a trabajar con su tijera y tijera y tijera. Para que me sintiera bien, había volteado la silla para que yo viera lo que estaban pasando en el TV. Cuando terminó, me volteo y cuando me miré en el espejo: awwwwwwwwwwwwww!!!! Me pregunta: ¿te gustó?, le digo que sí, me levanto, me cobra y salgo…… 

Cuando me monto al carro me vuelvo a mirar al espejo y empecé a llorar (bua!, bua!, bua!). Llamo a mi esposo llorando (bua! bua!, bua!) y esta es la conversación:

YO: Bua!, bua!, me recortaronnnnnnnnnnnn (bua!, bua!, bua!).

ÉL: ¿Pero dónde estás, estás bien, estás guiando, que te pasa no te gustó?

YO: Siiiiiiiii, me gustó, ME ENCANTA! pero me asusté (bua! bua!, bua!)

ÉL: Ay caray, pues no sea pendeja y no llore!

YO: Es que me asusteeeee (bua! bua!, bua!).

Llego a casa de mi cuñada a buscar a mi hijo (nota: el hijo más sincero y realista que haya parido madre) con el mismo ataque de llanto y mi cunada me dice: que lindaaaaa;  y yo llora que llora y llora! (bua!, bua!, bua!).

Entonces llega mi hijo; oh el momento real había llegado! Mi hijo sale, me ve, me mira detenidamente y me dice: “mami me gusta, que linda! Ahí deje de llorar! Tan zángana!

Nota: El responsable de este llanto lo fue el mejor estilista y ahora mi amigo “Raymond Vargas” (el dice que se llama así). Esto sucedió hace 4 años; ¡hoy soy su Clienta Europea y hermosa! Claro, ya no hay fotos de periódicos, ni revistas de referencia. Llego y muy cortésmente me pregunta que te vas a hacer; si sucede que le digo algo me dice OK. Al final se hace lo que él dice. He tenido mechones o tips amarillos, crema, blancos, violetas, fuschia, rojo, al frente, atrás, en la “piña”. Eso sí, los verdes no van. JAJAJA

Vilmary Negron 
(La Europea)